Judías verdes como guarnición
Las judías son legumbres nutritivas y versátiles que encajan perfectamente en un menú de invierno y dan color al plato. Las judías verdes tienen una media de sólo 35 calorías por cada 100 gramos. También son una fuente natural de hierro y aportan unos 2 gramos por la misma cantidad. Además de su efecto digestivo, las judías también contienen muchos minerales valiosos, como potasio y magnesio.
Nuestro consejo: Lave las judías verdes, corte los extremos puntiagudos, córtelas por la mitad o en tercios según su longitud y escurra el agua sobrante o moje ligeramente las judías antes de cocinarlas. Para que las judías queden crujientes pero cocidas, ponga a hervir en una cazuela unos 2 litros de agua con un poco de sal y añada las judías al agua caliente y burbujeante. Este proceso de cocción se denomina escaldado, ya que no sólo conserva la consistencia crujiente de las judías, sino también sus vitaminas. Dependiendo del tamaño, se cuecen en el agua caliente durante unos 5 minutos, después se pasan a un colador y se escurren bien. Para que las judías queden aún más firmes, se recomienda pasarlas brevemente por agua helada. A continuación, puede poner las judías escaldadas en una sartén caliente con 2-3 cucharadas de aceite de coco, sazonar con las especias que prefiera y freír.
Ensalada de quinoa como plato principal
La quinoa es el superalimento por excelencia: sin gluten, rica en proteínas, baja en grasas y muy sabrosa. Los incas ya lo sabían cuando descubrieron la quinoa hace unos 5000 años y la utilizaban como fuente de hidratos de carbono. Por eso, a veces se denomina a la quinoa "mijo andino". La quinoa no es un grano de verdad, sino un pseudocereal como el amaranto, por ejemplo, y por eso no contiene gluten. Además, ¡te hace sentir muy lleno! Los hidratos de carbono de cadena larga son descompuestos lentamente por el organismo y garantizan una sensación de saciedad constante y duradera. Además, la quinoa se puede preparar de todo. Desde exótica y picante a invernal y dulce o mediterránea, con la quinoa se pueden crear ensaladas y platos estupendos.
Para preparar la ensalada de quinoa, primero hay que lavar bien la quinoa en un colador. A continuación, hierve unos 400 ml de agua para 200 g de quinoa y deja que la quinoa se ablande durante unos 5-8 minutos. A continuación, se retira del fuego y se deja hinchar otros 10 minutos. En lugar de agua, la quinoa también se puede cocer en caldo de verduras. Cuando la quinoa esté lista, es hora de sazonarla. Aquí sí que puedes desahogarte. La quinoa sabe especialmente deliciosa e invernal mezclada con hinojo, aguacate y granos de granada. El zumo de lima, la menta, el queso feta y los tomates también saben muy bien con las gachas de cereales y recuerdan a la cocina de Oriente Medio.
Postre con mantequilla de anacardos, almendras o cacahuetes
Un menú navideño festivo incluye naturalmente un postre. Para crear postres rápidos, le recomendamos nuestra mantequilla de frutos secos.
Con la mantequilla de anacardos, por ejemplo, puede preparar un helado vegano con ingredientes sencillos como plátanos, yogur (de soja) y anacardos troceados. Para ello, corte los plátanos en rodajas, métalos en una bolsa en el congelador durante al menos 3 horas y después mézclelos con los demás ingredientes y hágalos puré en una batidora.
Nuestra mantequilla de almendras también es estupenda para postres dulces de invierno. Por ejemplo, nos parece especialmente delicioso el arroz con leche de coco con mantequilla de almendras y cobertura de dátiles. Basta con preparar el arroz con leche con leche de coco y endulzarlo al gusto con azúcar de flor de coco. Una vez que el arroz con leche esté cremoso e hinchado, añada al arroz dátiles finamente picados y unas cucharadas de mantequilla de almendras como cobertura.
Si prefieres un sabor achocolatado, puedes preparar una crema vegana de chocolate y cacahuete con nuestra mantequilla de cacahuete. Para ello, mezcla plátanos, aguacates maduros, cacao en polvo y mantequilla de cacahuete. La mejor forma de hacerlo es con una batidora o batidora de mano. Enfríelo unas horas y decórelo, por ejemplo, con nibs de cacao o frutos secos.
Le deseamos unas felices fiestas.
